Unos 250 evacuados que viven en el gimnasio de una escuela japonesa en la zona afectada por el maremoto del mes pasado se levantan cada mañana, y entre ellos, Yuka Chiba, de 13 años, lo hizo el jueves para asistir al primer día de clases del nuevo año escolar. Chiba no asistía a clases desde el 11 de marzo, cuando un sismo de gran intensidad y el subsiguiente maremoto destruyeron la mayor parte de su barrio. Yuka recorre el frío…